domingo, 19 de abril de 2015

Esperanza de vida y nucleótidos

Descubren una proteína que dobla la vida en ratones
Una proteína que activa la producción de nucleótidos se ha mostrado capaz de revocar los síntomas de envejecimiento prematuro en ratones. Este  hallazgo ha sido realizado por un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO),  y tiene un evidente interés. “En las personas muy mayores aparecen problemas oculares, óseos, que se sabe que se alivian con ácido fólico”, explica Óscar Fernández-Capetillo, director del grupo de Inestabilidad Genómica del CNIO. “Pero el ácido fólico es un precursor de los nucleótidos”, añade. La conclusión es que si se puede estimular este proceso en humanos, es posible que sirva para combatir algunos síntomas del envejecimiento.
Esta proteína hallada se denomina Rrm2. Para determinar su papel los investigadores partieron de ratones mutados que tenían menos copias de la proteína ATR, la cual es responsable de reparar el genoma de DNA. Los ratones con baja cantidad de ATR acumulan más fallos en sus genes (mutaciones) lo que les lleva a envejecer antes. Además sufren una enfermedad rara conocida como “Síndrome de la cabeza de pájaro”, a lo que en humanos se denomina Síndrome de Seckel.
La solución estaba en otra mutación, pero al revés. En vez de tener pocas copias de una proteína, se vio que si tenían muchas de la Rrm2 (productora de nucleótidos) los síntomas del envejecimiento (y del síndrome) se revertían. La vida media de los ratones pasó de 24 a 50 semanas.
El trabajo que queda por delante es enorme. Primero, hay que probar si la Rrm2 funciona en ratones que no hayan sido envejecidos en el laboratorio. Luego vendría todo el proceso de escalado de ratones a personas, para ver si las mismas proteínas tienen el mismo efecto, y si la forma de activarlas es similar. Queda un largo recorrido, pero se puede llegar a conseguir.
 “La pregunta es: ¿puede hacerse? Sí, se puede”, concluye Fernández-Capetillo. “Y tenemos una ventaja: sabemos a qué proteína tenemos que hacer cosquillas”, añade.
Artículo de referencia:

by María Isabel Díaz Delgado




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